viernes, 26 de diciembre de 2008

Los 3 días de una carcel libre.



Pereza, así fue como comenzó todo. Que si hoy hace mal día, que si es navidad y no hay nadie por la calle, que si no me apetece esto...
Lo que yo no sabía es que esas autoescusas iban a funcionar con una misma. Acabé creyendo que no había lugar mejor que el dulce hogar que rezuma en estas épocas a aromas cargados de sobras de cenas familiares o a villancicos cantados por niños diabólicos ( si no es vuestro caso, os envidio ).
Y así fue como pasó un 23 de Diciembre, esperando a que quizás ( que coño! me pasé toda la maldita tarde esperando a eso! ) Papá Noel tuviera piedad de una niña aburrida como yo, y le entregara al fin ese guitar hero que tanto ansiaba. Pero mis padres no picaron.
Tras ver 935737598367984954698 fotos de un evento de tal importancia como es el I Salón del Manga en Asturias, me di a los minijuegos.
Esa droga, ¡esa dañina obsesión por los juegos de salir de la habitación estaba acabando conmigo esa tarde! ( Mas que nada porque de 100 a los que pude haber jugado, me debí pasar dos, y estaban echos con el paint )
Fue entonces cuando empecé a dar vueltas por la casa, buscando consuelo. Le hice una tabla de pucheros a mamá, y ante esta cara angelical se vio obligada a darme lo que sería el mejor regalo de la historia ( bueno va que no es pa tanto ).
Cero Estrellas (Berto Romero y Xabi Tribó ), una recopilación de críticas de un supuesto Antonín Fajardo, un crítico tan insoportablemente refunfuñón como imaginario, pero siempre adorado, como no.
He de decir que, sin el apoyo de Cero Estrellas, esa tarde habría quedado en el olvido y así pasaría al montón de hojas vacías con las que ahora cuento en el albúm de mi vida. Nunca había reído tanto con un libro.
Pero yo misma, no me iba a poner la cosa tan fácil, aquella palabra que tanto había mencionado en esos 3 días, iba a tener que aparecer de un momento a otro. El aburrimiento llegó a manos de un " no quiero acabarme el libro hoy". Asi que nada amigos, me puse a ver la televisión a manos de la persona que se traga cualquier documental de animales, papá.

Cuando me di cuenta ya era 24, y me había despertado pronto quizás, muy pronto. Tenía todo un día por delante para no hacer nada.
Con la táctica de "me aburro, mami, me aburro" había conseguido nada mas ni nada menos que ¡el regalo tan ansiado que le había pedido a Papá Noel!
Si es que este hombre es como un Dios, si no que se lo digan a aquel niño que estaba en el mas y mas , que suplicaba a Papá Noel que apareciera la chica que trabaja en la panadería para que le diera un bollo. Fue algo así como "Papa Noel porfavor, que aparezca Roci".
Y así mano a mano, giro de 180 grados y al Guitar Hero, otro giro y ordenador. Pasó el día que daría paso a "nochebuena", que si me permitis este chiste fácil, podría haber sido llamada perfectamente "nochemala".
Evito mencionar cualquier cosa relacionada con la comida, ya que no gocé de ella porque la aborrezco, y paso directamente al plato final. Una estancia en el ordenador hasta las 5 de la mañana acompañada nada mas ni nada menos de : Mac ( el pesado de los cojones de la otra actualización ) Kriztine Almaiti ( toda una profesional en trasnochar online en días como estos ) y gentedelsalóndelmanga ( quien si no iba a estar al msn en nochebuena ).
Etiqueto este día sin mas, y otra vez si me permitis esto, como la "nochemala".


Atardecí el día de Navidad, porque directamente mamá no me dejó anochecer, a las 3 ya estaba abriendo las persianas. Y como jode.
¡Otro día mas! Evito otra vez el tema culinario, pasando de mencionar que tocó para comer, porque todos sabéis que fueron sobras de la noche anterior.
Y ya, esta vez, eliminando toda esperanza de poder respirar aire de la calle, me siento frente al ordenador rellenando muy bien el hueco que había dejado en la silla ayer, y sin mas, repito la experiencia de ayer. Ordenador+Guitar Hero.
La verdad es que, si, la cosa empezaba a preocuparme un poco. Era el tercer día y la enecadecimasextigésima vez ( que pasa! acaso tu sabes decir que va después del décimo! )que le contaba a alguien que llevaba 3 días sin salir.
Todo era un bucle, un bucle cómodo la verdad. La vida de pelo sucio y pijama chandalero era tan simple como reconfortable.



¿Qué porqué no salí?
Quizás la pereza, quizás que no recibí las suficientes invitaciones al mundo real, puede que por espíritu navideño o simplemente que no me salió de mis organos femeninos internos.




Feliz Navidad a todos.



3 comentarios:

kleurrijke dica. dijo...

das miedo.

Alex Maladroit dijo...

No es que la Nuechebona sea mala, sino que sólo es disfrutada por gente +35 años.

Yo a esas horas de mesenllerismo estaba por ahí, en un bar/pub perdido. En mi blojj lo pone. Escribo poco y asiduo. Tu mucho y dacuandu...

Lucía dijo...

argg... me encanta este blog tuyo :) es asquerosamente entretenido :D

muaá


P.D.: soy Lucía, de la Escuela